martes, 7 de junio de 2011

FÁCIL!

4 de junio. Palau de la Música Catalana, si no habéis estado nunca, apuntadlo en la lista de "cosas que hay que hacer", no tiene desperdicio, es toda una obra de arte.
Una vez más, tuve la oportunidad de poder ver a una de mis bandas favoritas, Maldita Nerea. Recordando como fue la primera vez que los vi en directo, el 1 de diciembre del año pasado, afrontaba emocionada ese dia tan esperado.
El nuevo CD había salido a la venta dos semanas atrás, todas las canciones me encantaban (y me encantan) y me las sabía de memoria. Estaba feliz de poder escuchar las nuevas canciones y también las canciones típicas y, además, junto a todas mis amigas.
Aparecieron en el escenario, y, como en todos los conciertos.. ¿qué senti? Felicidad en estado puro. Disfruté cada acorde, cada palabra, cada gesto y cada suspiro de los integrantes del grupo y sobretodo de su líder, Jorge Ruiz, ahora, una de mis grandes inspiraciones en muchos sentidos.
El concierto acabó, las pulsaciones iban a una velocidad sorprendente y en los ojos se asomaban unas tímidas lágrimas. Lágrimas que representan la profunda identificación con las letras, con las melodías, con ellos, lágrimas que significan felicidad y mucho más, algo indescriptible.
Después de esperar varias horas, empezaron a salir los integrantes de la banda, muy receptivos y muy amables con los pocos fans que estábamos esperando. Después de una media hora de haberse marchado todos los integrantes y de mucha paciencia por las 15 personas que estabamos esperando, llegó Jorge. En el momento que lo tenía al lado no daba crédito. Mi ídolo, la persona que ha escrito todas esas canciones que describen mi vida, que me lo hacen todo más fácil, que hacen que me sienta acompañada; la persona con la voz que tanto me gusta y tantas veces me ha hecho estremecer. Cuando me miró y me cogió para hacerme una foto junto a él, no podía creerlo, estaba en una nube, de la que, por cierto, aún no he bajado. Su guiño de ojos y su sonrisa al oirme decir: "Jorge, nos vemos en el concierto de diciembre!" me hicieron la chica más feliz.
Más tarde, al ver que sacaba su propia cámara de fotos desde dentro de la furgoneta y nos hizo fotos a mi y a mis amigas mientras le agradeciamos el concierto y mientras dibujabamos un corazón con nuestras manos, no podía creerlo. Mi ídolo tiene una foto mía en su cámara.
Puede sonar una tontería para algunos, si es que lo habéis leído, pero os puedo asegurar que para mi, fue algo increíble e inexplicable. Un sueño cumplido.

En diciembre más.
GRACIAS por hacérmelo todo más FÁCIL :)

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