martes, 23 de noviembre de 2010

Fantasía

Todo es posible. Los sueños están para cumplirlos, para apostar por ellos, para tener un objetivo en la vida, para luchar por ello. Ambición. Es obligatorio ser ambicioso, en su justa medida, hay que querer cosas, querer conseguirlas. A veces es mejor el camino hacia alguna cosa que la propia sensación de poseer esa cosa. La satisfacción que ganas cuando consigues alguna cosa es inexplicable, después de tanto trabajo y esfuerzo has conseguido lo que te propusiste en un momento, y eso, es impresionantemente gratificante. Orgullo. Hay que sentirse orgulloso de uno mismo, por lo que haces y por lo que no.
De un simple sueño que parecía demasiado utópico para ser real, puede conseguirse todo un seguido de cosas derivadas de esa idea principal, cosa que quizá al principio no te imaginabas pero para tu sorpresa, se cumplió. Cumplirse. ¿Se cumplen los deseos o nosotros hacemos que se cumplan? Sin duda, nosotros lo hacemos. Nosotros somos la parte física que hace que esos sueños se cumplan y se hagan realidad porque, para empezar, hemos sido nosotros los que lo hemos soñado y tenemos que ser nosotros lo que se pongan en marcha para poder sacar adelante tal objetivo.
En palabras de Walt Disney, creador de ilusiones y maestro de los sueños de todos los niños del mundo, si puedes soñarlo puedes hacerlo, recuerda que todo esto comenzó con un ratón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario